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Lucillos

Una casa con pinta de castillo cerca de la iglesia

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En la vega del Tajo y muy cerca de Talavera de la Reina, rodeado de incontables campos de cultivo, Lucillos es el pueblo perfecto para alejarse del ruido, desconectar, pasear por calles tranquilas y charlar con sus gentes.

Si llega por el norte, desde la A-5, el viajero recibirá la bienvenida de un parque en el que se reaprovecharon las pilas de un antiguo abrevadero a modo de grandes maceteros. Antesala de las primeras casas del pueblo, el parque es alargado y ofrece la sombra de numerosos árboles. Ya en el casco urbano, el edificio principal es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo mudéjar y de una sola nave, y además con una torre un tanto peculiar. Construida en ladrillo, presenta tres cuerpos de diferentes tamaños, ventanas asimétricas y, en el último cuerpo, un vano para la campana cegado a medias para dejar hueco al reloj, añadido posteriormente.

No hay otros monumentos en el pueblo, pero sí una casa bien pintoresca cerca de la plaza de la iglesia. Pareciera que está sin rematar, y destaca por sus escudos nobiliarios, su amplia balconada en hierro forjado y por la especie de torres de los lados, rematadas con almenas.

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