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Manzanares

Orgullo manchego

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El origen de Manzanares y el punto de partida del recorrido se debe establecer en el portentoso Castillo de Pilas Bonas, cuyas murallas albergan hoy uno de los hoteles con más encanto de toda la península. Recorriendo sus dependencias nos podemos hacer a la idea de las comodidades que en él tenían los antiguos propietarios de la Encomienda de Manzanares. Por la calle de la Virgen del Carmen nos dirigimos directamente a la monumental iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, casi vecina del Convento de Franciscanas y las ermitas de San Antón y de la Veracruz, que resalta entre la algarabía de la Plaza Mayor a la que también mira el Ayuntamiento.

De camino, nos habremos cruzado con el Museo Manuel Piña, aclamado diseñador nacido en Manzanares, con una muestra de su obra y fotografías que resumen su importancia en el mundo de la moda. Porque la localidad conserva con orgullo su cultura y su pasado, reflejado en las casas solariegas que nos saludan por sus calles, como el palacio del Marqués de Salinas, de los Ochoa o la Casa del Santo y su balcón típicamente manchego. Y, por supuesto, presume de poseer uno de los productos estrella de la gastronomía española: el queso manchego.

Para conocerlo, visitamos el Museo del Queso Manchego, donde aprenderemos de primera mano la evolución que ha experimentado históricamente un producto tan venerado internacionalmente por su textura y sabor que, junto a los fabulosos vinos de la zona, representa una joya gastronómica a degustar en cualquiera de los bares y restaurantes del municipio. Al terminar el yantar, nada mejor que darnos una vuelta por el "espacio exterior", recorriendo los rincones del Paseo del Sistema Solar, en el Parque del Polígono.

 

 

 

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