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Peñas de San Pedro

Defensa sobrenatural del antiguo reino de Murcia

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Un lienzo de roca se despliega al fondo de la ladera donde hoy se encuentra Peñas de San Pedro. Sobre el friso de piedra se encuentra la antigua población, coronada por la muralla que desciende hasta la falda trayéndonos al presente. Los lienzos se separan por torres y los de bajada están preparados para la artillería. Considerado uno de los enclaves defensivos más importantes de la provincia, el Castillo de Peñas de San Pedro presume de una larga historia. Es en realidad una defensa natural amurallada, una impresionante mole en lo alto de un cerro que culmina en una meseta totalmente inaccesible por tres de sus cuatro caras: el Pico de Hellín, tras el castillo, y el Pico de la Solana.

En el pueblo destaca la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, representación del barroco murciano más puro, y la multitud de curiosidades y detalles que deparan sus calles: casonas señoriales, arcos apuntados (calle Castillo y callejón del Colegio), portada con dintel y jambas de una sola pieza (Casa del Patuileo), decoración de piedra tallada (Calle Perete) y rejas y balcones de forja. En la Aldea del Sahúco encontramos la cuna de una de las tradiciones con más acerbo de Peñas de San Pedro. El Santuario del Cristo es punto de encuentro de peñeros y peñeras en las fechas señaladas de la traída y la llevada del Cristo.

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