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Raxó-Poio

Un puerto turístico para escapar de la muchedumbre

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Entre Sanxenxo y Pontevedra se encuentra el turístico municipio de Raxó, el más pequeño de los que dependen del ayuntamiento de Poio, en la orilla norte de la Ría de Pontevedra. Enseguida se ve que el pueblo tuvo un gran esplendor en épocas pasadas y caminando por sus calles es usual encontrar casas de sillería cerca del puerto. Esas casas se mezclan con otras más modernas que no le quitan a Raxó un ápice de su atractivo para turistas que buscan un poco de la calma que les falta a sus ilustres poblaciones vecinas.

De una ocupación eminentemente agrícola y marinera, Raxó ha pasado a ser un pueblo consagrado al turismo. De ello tiene ‘culpa’ la calidad de sus playas y el clima, normalmente, agradable, de que disfruta. Las tres playas de su entorno urbano, Xiorto, Raxó y Sinás, permiten, por la claridad de sus aguas, la inmersión en busca de chocos, pintos o sargos con unas simples gafas de bucear. Si se tiene el día afortunado se podrá avistar hasta alguna centolla despistada. A veces, los delfines, ‘golfiños’ en gallego, entran en la Ría donde saltan y nadan para diversión del público que se encuentra con el inesperado espectáculo. Las playas están rodeadas de animados chiringuitos que regalan, además de una buena tapa, excelentes vistas de la otra orilla de la ría.

La Iglesia de San Gregorio, del siglo XVI y reformada en el XVIII, es casi una ermita a la que los fieles de Raxó acuden a rezar sus oraciones. La romería de A Saleta, tiene lugar en el mes de agosto, es una de las fiestas más destacadas de Raxó.