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Ribeira de Piquín

Confín de huellas bimilenarias

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Menos de 600 habitantes pueblan este idílico paraje de la Comarca de Meira, en el noreste lucense, bañado por el río Eo y en tiempos integrado en tierras asturianas. Pese a lo recóndito del lugar, las huellas del hombre se remontan más de dos milenios atrás, ya que todo el concello se encuentra salpicado de 'mámoas' (megalitos), castros y huellas de la actividad minera en la época romana. Los mejores edificios religiosos son los templos parroquiales de San Xoan de Baos (rodeado por el río Rodil y con un retablo neoclásico) y San Xurxo de Piquín, también de construcción neoclásica.

La casa natal del famoso relojero del siglo XVIII Juan Antonio Lombardero (en la aldea de Vilarpescozo) también merece una visita para honrar la memoria del vecino más ilustre que ha dado Ribeira, junto al lutier Xosé Manuel Seivane, uno de los dos o tres mejores constructores de gaitas que ha conocido Galicia y abuelo de la gaitera Susana Seivane. Pero la exuberancia natural es lo que predomina por los cuatro costados en estos confines, con rutas de senderismo, fragas de castaños y robles, la caudalosa cascada de Pena dos Portelos, una bonita playa fluvial en Chao de Pousadoiro, molinos de agua o pasarelas colgantes sobre el Eo.