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San Andrés y Sauces

El pueblo del agua

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El agua se derrama constante por San Andrés y Sauces y hace brotar una naturaleza tan exuberante que pareciera que nos encontramos en un país tropical. En La Palma, la 'Isla Bonita', con los barrancos de la Herradura y la Galga como límites, se alza un municipio eminentemente agrícola rodeado de manantiales, piscinas naturales, puerto y playas, cascadas y un bosque único, reserva de la biosfera. Déjese seducir por la Naturaleza más explosiva, pero también por una ciudad con sabor colonial. Calles empedradas, con casas de amplios ventanales y balcones orientados al mar, nos reciben en el pintoresco casco antiguo de San Andrés, declarado bien de interés cultural en categoría de conjunto histórico. En su plaza encontramos una iglesia del siglo XVI en honor a San Andrés Apóstol. La brisa cercana del mar, a pocos metros del casco, nos hará realizar un agradable paseo hasta la iglesia de Los Sauces, que conserva en su interior pinturas y tallas flamencas procedentes de la ermita de Nuestra Señora de Montserrat que aún conserva una espléndida custodia de plata de Perú. La ermita preside la plaza que lleva su nombre, y que nos conducirá a la cercana plaza de la Alameda, donde se encuentra el parque Antonio Herrera, un oasis para los sentidos.

Desde el casco urbano de San Andrés podemos llegar al paseo marítimo que discurre entre el Horno de la Cal (situado en la desembocadura del barranco del Agua), las zonas de baño de la Cuevita y el Varadero, hasta desembocar en las piscinas naturales del Charco Azul y la playa de arena negra de Puerto Espíndola. Saliendo del núcleo urbano encontramos el Bosque de Los Tilos, reserva de la biosfera, y uno de los bosques subtropicales más importantes de las Islas Canarias. Este bosque se une con los “Nacientes de Marcos y Cordero”, manantiales donde podremos realizar un recorrido por 13 túneles envueltos en un intenso color verde.

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