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Fuente de la Calle Mayor

Abanilla, Murcia

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Estamos en 1880. Hace ocho años que se secó una antigua fuente que abastecía al pueblo y desde entonces la vida en Abanilla es más difícil: hace calor, es un terreno árido y, aunque los olivos se sientan a gusto así, para los abanilleros es un suplicio no tener un punto accesible de agua. Es éste un terreno de canteras y los hombres están cavando una nueva mina a la que sacar provecho. Cuando, de repente… ¿qué es eso? ¿Es…? ¡Sí! ¡Es un caudal de agua!

Hoy sabemos que es de origen termal, fluye a 20 grados y que tiene gran proporción de sales sulfurosas, y que por eso tiene ese sabor y olor. Y que no, no es potable. Pero eso no significa que no merezca una cuidada ornamentación de azulejos en torno a sus cinco chorros.

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