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Puerta del Sol

Madrid, Madrid

Es uno de los puntos más icónicos de la ciudad. La puerta del Sol es como Madrid: allí se vive, se pasea, se celebra, se reivindica.

Se vive, porque igual que desde el Kilómetro 0 se cuenta el punto en que comienzan las carreteras radiales, aquí confluyen importantes líneas de transporte público que utilizan al día miles de personas para llegar hasta aquí o continuar su viaje. La Puerta del Sol es un punto de encuentro habitual, especialmente, la estatua del Oso y el Madroño.

Se pasea, porque hay que pararse a admirar sus monumentos, como la Mariblanca o la estatua de Carlos III, y edificios característicos e históricos como la Casa de Correos, o las calles que desembocan en la plaza, como la del Carmen, Arenal o la Calle Mayor para llegar sin ser molestados por los coches hasta la plaza de Ópera, Callao o la Gran Vía. Se pasea por la historia, por las zonas de compras o por el mero placer de pasear y observar la ciudad y su gente.

Se celebra, vaya que si se celebra. Cada 31 de diciembre se viven desde el gran reloj que preside la plaza las doce campanadas que reciben el nuevo año, con una multitud viviéndolo desde allí mismo. Además, muchas otras ocasiones a lo largo de los años han querido tener la Puerta del Sol como escenario de su alegría, como la Cabalgata de Reyes, éxitos deportivos desde el balcón de la Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, o, hace años, el Orgullo Gay, entre la celebración de la libertad y la diversidad y la lucha por la igualdad de derechos.

Porque efectivamente, si de algo ha sido símbolo la Puerta del Sol en los últimos años ha sido de las reivindicaciones de los indignados, con su máximo exponente en el 15M, cuando cientos de miles de personas se echaron a la calle en una protesta sin precedentes que tuvo después su réplica en infinidad de ciudades del mundo.

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