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Castillo de Javier

Javier, Navarra

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El llanto de un recién nacido se derrama por las piedras de lo que antaño fue una antigua fortaleza medieval que se yergue altiva sobre una roca. Estamos en 1506 y la historia cambia radicalmente para el castillo, y sus moradores, con el nacimiento de un niño. Francisco Javier es el quinto hijo de una familia de la nobleza hidalga navarra, los dueños de un fortín cuyo nombre quedará ensombrecido por la figura de su vástago, que llegará a ser santo, cofundador junto a San Ignacio de Loyola de la Compañía de Jesús y patrón de Navarra, de las misiones y del turismo en España.

Situado en la estratégica frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, el castillo emergía en el siglo X con la construcción de una torre de señales. En torno a ella se iría levantando por los dueños, los señores de Javier, a lo largo de la Edad Media, las distintas edificaciones que darían cuerpo a la actual fortaleza: el palacio Viejo que será la vivienda de los señores, la torres de Undués en la parte oriental del castillo, la antigua capilla situada en el interior de la torre del Cristo, y en la zona norte la bodega, las cuadras y el granero. Junto a la torre del Cristo, en el siglo XV, se construiría el palacio Nuevo, donde los propietarios trasladaron sus pertenencias desde el viejo palacio, y en una de sus estancias, un siglo después, nacería San Francisco Javier.

En torno a 1516 el castillo perdía gran parte de sus señas de identidad. Las murallas exteriores, las torres y los fosos eran derribados por orden del Cardenal Cisneros, regente de Castilla, que se vengaba así de los “rebeldes” hidalgos navarros, y convertía a la antigua fortaleza en tan sólo una “casa grande”. Casi tres siglos más tarde, entre 1892 y 1952 se realizaron las obras de restauración que le darían su aspecto actual de estructura férrea y compacta. Junto al castillo se construyó una basílica de estilo ecléctico con la misma piedra del fortín para no romper la armonía del conjunto

Tras la visita a las estancias del castillo, que una y otra vez hacen referencia a su más ilustre morador, asómese a la terraza que le permitirá disfrutar de unas magníficas vistas de la sierra de Leyre y la vega del río Aragón.

 

Localización

Plaza San Francisco Javier, 4, 31411 Javier, Navarra