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Cueva de Hornos de la Peña

San Felices de Buelna, Cantabria

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Qué paciencia la de esos cavernícolas que, cincel en mano, fueron grabando en la piedra de Hornos de la Peña tantos y tan distintos animales: caballos, cabras, bisontes, uros, ciervos e, incluso, una serpiente. Con tan rústicos pinceles de roca fueron capaces de recrearse en los detalles, marcando pelos, ojos y hocicos. Sí, cuánta paciencia y arte. Y también qué suerte, la que hoy tenemos de poder disfrutar de esos grabados rupestres aquí, en la rural localidad de Tarriba, dentro el municipio cántabro de San Felices de Buelna. Dicen que la buena orientación de la cueva fue clave para que tantas especies, de neandertales a cromañones, se instalaran en su zona exterior en un periodo que abarca desde el Paleolítico Medio al Neolítico. Su rastro artístico fue descubierto en 1903, cuando el arqueólogo cántabro Hermilio Alcalde del Río dio a conocer sus tesoros. Hoy forman parte del sitio Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España, que tiene categoría de Patrimonio de la Humanidad.

Localización

43.261295, -4.031242