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Restos arqueológicos de Munarri

Sopela, Bizkaia/Vizcaya

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A veces resulta que el pasado habla a través de las piedras y de los restos que han quedado enterrados en el suelo a lo largo de los años. Algo así le pasa a Sopela, quien combina un increíble patrimonio antiguo a lo largo de varias rutas que recorren la villa. El asentamiento de Kurtzio, el ‘Munarri’ o los dólmenes son testigos de las épocas antiguas que Sopela aún revive en su historia.

Los dólmenes del monte de Munarrikolanda se convierten en uno de los patrimonios más enigmáticos de Sopela. Allí los fantasmas del pasado se convierten en piedra, en siete restos megalíticos que pueden irse descubriendo conforme se avanza en la ruta que comienza en Sopela y sigue hasta Berango. Unos monumentos funerarios que demuestran que el hombre prehistórico decidió descansar el cuerpo y el alma bajo estas tierras vascas. El Munarri se eleva al otro lado del río Sautu en la cima de Fraidemendi, junto al depósito de agua. Una molinito de piedra atribuido a una iglesia gótica utilizado como señal para delimitar una ubicación. Según algunas leyendas ese era el lugar en el que oraban los romeros sopelztarrak cuando acudían en procesión a la ermita de Santa Marina. Lo que es seguro es que casi un siglo atrás era el lugar utilizado por el párroco y los niños de la escuela que peregrinaban en procesión desde la iglesia de San Pedro hasta este lugar entonando letanías. Sin embargo, son múltiples las historias que circulan en torno al Munarri, igual que ocurre con los dólmenes. La mejor idea es visitarlos, serán ellos los que poco a poco nos irán transportando hacia la historia más enigmática de la localidad.

Contacto

Localización

Loiola Ander Deuna Kalea, 28, 48600 Sopelana, Vizcaya