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Roko y María Faús en una de las obras más innovadoras, 'La Enseñanza Libre/La Gatita Blanca'.

El género lírico marca tendencia

La Zarzuela es vanguardia

Actualizado: 02/09/2017

Fotografía: Sofía Moro

¡Vente a la zarzuela! Si la invitación te suena a viejuno, háztelo mirar. El género hace una revolución de cada temporada, desde hace dos. El Coliseo de La Zarzuela ha dejado de ser un baúl de recuerdos y es muy cool pasar una tarde allí, en un laboratorio de vanguardias. Una dama y un adolescente viven la experiencia.

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Hacía tiempo que se oían rumores en el corazón de Madrid, entre la Plaza de Neptuno, el Parlamento y la Puerta del Sol. Llegaban hasta Alcalá. "Algo pasa en la calle Jovellanos, donde el Teatro de La Zarzuela."

"Últimamente se ve gente rara, con deportivas y vaquero, pintas incluso de perroflautas o modernos. Las viejitas de siempre y los señores de fuera les miran con cara asombrada" comenta un camarero de bar de la Calle Zorrilla, más acostumbrado a tratar con pelos enlacados de señoras mayores y diputados solemnes del Congreso.

El escenario de 'La Enseñanza Libre/La Gatita Blanca' esperando a público y artistas.
El escenario de 'La Enseñanza Libre/La Gatita Blanca' esperando a público y artistas.

La culpa de ese personal raro, diferente, que rodea al decimonónico Teatro de la Zarzuela es de Daniel Bianco, director del lugar desde hace un par de años. Llegó dispuesto a un imposible: que la gente joven vaya a La Zarzuela. Y que una parte de los mayores dejen de hacerlo con cierta vergüenza, por eso de que las zarzuelas no son óperas y sí representación de los tiempos oscuros.

¿Lo ha logrado Bianco? Una tarde, una jubilada melómana y un preadolescente apasionado del teatro y la escenografía, se presentaron a ver una de las piezas que Bianco ha puesto en marcha esta temporada –Enseñanza Libre/La gatita blanca– para comprobar ese nuevo rumor de la capital, que Bianco estaba haciendo una revolución, que "Una tarde en la Zarzuela" podía ser tan divertida como una tarde en la Ópera con los Hermanos Marx , un plan de vanguardia para toda la familia.

La melómana Natalia y el fan del teatro Pepe, listos para sentenciar La Zarzuela.
La melómana Natalia y el fan del teatro Pepe, listos para sentenciar La Zarzuela.

Mientras Natalia, la Melómana y Pepe, el Preadolescente, se sientan en el bar del Teatro a tomar un zumo esperando la hora y a observar a los muchos turistas que llegan al teatro, Daniel Bianco se emplea a fondo en su despacho para defender su proyecto, su concepto de teatro como ese lugar de encuentros y reencuentros donde se reciben "sueños, fantasías y una historia, la obra. La Zarzuela es nuestro género lírico español y no debemos tener ninguna vergüenza de disfrutar de nuestro patrimonio. Es una música que llevamos en nuestra sangre".

La lámpara del teatro que juega un papel clave en muchas obras.
La lámpara del teatro que juega un papel clave en muchas obras.

La defensa del escenógrafo y director no afecta en exceso a Natalia, que conoce el Teatro de La Zarzuela desde pequeña y sabe que fue construido teniendo como referencia la Scala de Milán, pero sí observa con curiosidad la mezcla de gente que va entrando hacia sus asientos. La primera sorpresa es que el patio de butacas ha desaparecido y el suelo está cubierto con una tela lila; sí está en su sitio la lámpara art decó –600 kilos de peso– y la orquesta a la vista, fuera del foso.

La Zarzuela ha logrado introducirse entre los turistas que visitan la capital.
La Zarzuela ha logrado introducirse entre los turistas que visitan la capital.

Los cambios que sorprenden a la melómana dejan indiferente a Pepe, porque es su primera vez en este teatro. De entrada, no le entusiasma sentarse en las butacas blancas, poco confortables, que han puesto a un lado del escenario, pero tiene curiosidad. Los palcos dorados y los terciopelos burdeos siempre dan una sensación misteriosa. Algo sorprendente va a ocurrir. El doble programa de La Enseñanza Libre/La Gatita Blanca es una apuesta fuerte del propio Bianco, la escenografía es suya, la música de Jerónimo Jiménez y Amadeo Vives, la adaptación de Enrique Viana y por el escenario desfilarán 40 artistas. Entre ellos, la cantante lírica Cristina Faús y Roko, una actriz ganadora de Tu cara me suena, en la que Bianco tiene esperanzas y que es la simpatía personificada, mientras corre por el pasillo para terminar de maquillarse.

Los pasillos hacen de armario. En La Zarzuela, el almacén no está detrás de las bambalinas.
Los pasillos hacen de armario. En La Zarzuela, el almacén no está detrás de las bambalinas.

No se alza ningún telón, porque el escenario es redondo –terminará convirtiéndose en un gran espejo– y por fin se despeja la duda de cómo seguirán esta "revista fina" los turistas que no hablan español. Un monitor va traduciendo al inglés las letras y también en castellano hay subtítulos para seguir las letras de las canciones. Durante dos horas se suceden los gags que hacen alusión a la situación actual de la vida española, desde la estafa de las preferentes a quienes viven en el vecino Congreso de los Diputados donde "luchan por el poder", pasando por la moda del reiki, mezclados con términos como 'lagarta'original de la obra pero fuera de uso entre jóvenes– se suceden sobre una escenografía impactante, mezclando lo viejo y lo nuevo sin pudor.

Desde la enorme tacita de Chocolate para mojar el bizcocho –alusión antaño pícara y hoy bobona– al sillón Egg de Jacobsen utilizado en otra escena, pasando por el gran ratón mecánico que se desliza ante los espectadores. Y el efectista momento en que la pista se traga la tela malva cual velo que desvela misterios, para dar paso al espejo en que se convierte el escenario. Hay que hacer un esfuerzo para que la escenografía no te distraiga de los divertidos gags de la obra.

El patio de butacas recibió a sus primeros espectadores el 10 de octubre de 1856.
El patio de butacas recibió a sus primeros espectadores el 10 de octubre de 1856.

"Yo soy muy operístico, trabajé mucho en la ópera. A la gente le pones normalmente un aria de una ópera conocida y todo el mundo sabe cuál es esa ópera; con la zarzuela, todo el mundo tararea una letra y música, pero es probable que no sepan el nombre de la obra. Y eso pese a que es una música que está en nuestro adn, pero durante mucho tiempo fue asociada a un régimen político. Frente a otros géneros como la copla, que han sido rescatados y redimidos –no hay película de Almodóvar donde no haya una copla– con la zarzuela no pasó eso. Y hay muchos tópicos alrededor del género. Es plural, solo de Cataluña hay más de 400 zarzuelas. Es diversa, las hay de todos los sitios". Daniel Bianco se entusiasma con la defensa de la zarzuela, incluso se inflama ligeramente defendiendo el género contra la injusticia.

Hall del Teatro de La Zarzuela. Los asiáticos también se apuntan.
Hall del Teatro de La Zarzuela. Los asiáticos también se apuntan.

Su principal éxito, además de la tarjeta joven para el teatro –ya la disfrutan más de 500 jóvenes– ha sido La Revoltosa, una prueba de que "la zarzuela también se puede reescribir, tocar igual que se reinterpreta a Lope de Vega o Shakespeare". En La Revoltosa, el libreto se lleva hasta nuestros días, y establece el dilema entre una joven que se niega a modificar su perfil en las redes sociales por exigencias de su novio, que presuntamente está muy enamorado de la joven… "Se le pueden dar la vuelta a muchas zarzuelas y además, lo creo también por convicción ideológica, hay obras que serían imposibles para las mujeres de hoy. Es nuestra obligación seducirlos, atraerlos hasta aquí con nuevas visiones".

Natalia y Pepe, atrapados en un momento del experimento.
Natalia y Pepe, atrapados en un momento del experimento.

Al terminar la obra, Natalia se levanta con los músculos dormidos –los asientos no son lo mejor de las nuevas puestas en escena– y muy satisfecha con "el esfuerzo que realizan por renovar, muy interesante. Para mí, un notable" sentencia, admirada de ver mezcla de públicos alrededor. Pepe hace rato que se ha ido. Pero deja un mensaje: "Mañana tengo examen, pero me ha gustado el número de los reyes godos y el ratón por el escenario. Aunque a mí me pareció mejor la que vI con mi abuelo, El alcalde de Zalamea. De todas formas, los cambios del escenario son bonitos, sorprenden". Ambos, Natalia y Pepe –60 años les separan– tienen clara una cosa: volverán la temporada que viene para ver qué más se han inventado Bianco y su equipo. La presentación del próximo otoño tiene un aire más que apetecible.

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