
Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Los pueblos más bonitos de Huelva combinan historia, tradición y paisaje con uno de los equilibrios más destacados del país. El pasado andalusí de la comarca se combina con la rusticidad de la Sierra de Huelva y el refrescante baño atlántico de su costa. Una amalagama de posibilidad de cara a una escapada turísitca en la que castillos, playas y, sobre todo, ermitas como la de El Rocío, surgen como destinos ideales.
A poco más de 1.200 metros de altitud en la sierra de Huelva, Almonaster la Real se alza con encanto ancestral. Es el único municipio de la provincia con la distinción de Pueblo Más Bonito de España. Pasear por sus callejas empedradas es adentrarse en un cuento donde el islam y la cristiana conviven bajo el mismo techo: su mezquita-castillo del siglo X es un testimonio vivo de ello.
Desde su antigua torre, las panorámicas sobre las dehesas de alcornoques y encinas ofrecen una panorámica en la que se entiende por qué esta tierra es una de las productoras del mejor jamón ibérico del país. Más abajo, la iglesia mudéjar de San Martín y la ermita de Santa Eulalia se alzan sobre la piedra con una serenidad atemporal.
En primavera, las Jornadas Islámicas celebradas en primavera reivindican el pasado de la localidad con talleres y música que reviven su herencia milenaria. La sencillez de sus casas blancas contrasta con la viveza que se observa en sus patios interiores. Un espacio en el que rincones, historias y naturaleza conviven en plena armonía.
Si un pueblo destaca por encima del resto en la Sierra de Huelva, ese es Aracena. Un municipio en el que la calma que se respira en sus calles, con el clásico encalado del sur para refrescar los hogares en el caluroso verano, también se respira en su joya subterránea: la Gruta de las Maravillas.
Esta galería es la primera cueva abierta al público en nuestro país, ya que su acceso fue permitido en 1914. Un total de doce salas, lagos y pasadizos de estalactitas y estalagmitas de cuento son uno de los grandes motivos por los que miles de turistas se acercan hasta Aracena a lo largo del año.
Sus encantos arquitectónicos se conjugan en su castillo almohade y la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor y, en el plano gastronómico, el 'Museo del Jamón' ofrece delicias locales, al igual que los bares y restaurantes que se distribuyen por su casco urbano, como el Solete 'Jesús Carrión'.
Isla Cristina es uno de los destinos favoritos del litoral onubense por sus más de 12 kilómetros de arenales cuyas dunas vivas resultan el hábitat ideal para camaleones, lagartijas y aves costeras. Entre las más populares se encuentras la Central, con su paseo marítimo, Camino de Santana, Parque Litoral o la pintoresca playa de la Gaviota, accesible a través del puente de madera de La Gola y petfriendly. Aunque, si además se quiere disfrutar de una apacible jornada de chiniguito, la playa del Hoyo, rodeada de bosque, alberga el famoso chiringuito 'El Portugué', distinguido como Solete de Guía Repsol, donde las mesas se llenan de paellas marineras, gambas de Huelva y platos tradicionales.
En cuanto a su casco urbano, la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, de estilo neobarroco y neomudéjar, destaca en las calles del municipio, junto a la Casa‑Patio de San Francisco, antigua vivienda de Blas Infante que hoy acoge el Museo del Carnaval, con trajes y disfraces que reviven el carácter festivo isleño. Merece la pena pasar por la lonja y el ajetreado puerto pesquero, donde decenas de pescadores traen cada mañana sus viandas del Atlántico.
Frente a la orilla portuguesa y unida al país vecino por ferry, Sanlúcar de Guadiana crece entre el azul del río y el verde del campo. Es uno de los pueblos con más encanto de Huelva. Casitas blancas, balcones de madera y olor a romero en el aire definen un pueblo de calma ribereña, donde sus miradores ofrecen postales únicas al amanecer sobre el río Guadiana y la frontera natural que ejerce.
Más allá del castillo, el paseo fluvial y el embarcadero invitan a un baño de calma, siendo un lugar ideal para desconectar o practicar deportes acuáticos como el kayak. Además, Sanlúcar tiene una sorpresa única: una tirolina transfronteriza, la única del mundo, que te lanza desde España y te deja en Portugal, en apenas 30 segundos, con la consiguiente descarga de adrenalina.
Alájar es uno de los mejores balcones de Huelva al estar asentado sobre la Peña de Arias Montano, en pleno corazón de la sierra onubense, desde donde se dominan las hectáreas de encinas y castaños que pueblan estos bosques. Un lugar que encierra otro tesoro de la buena suerte como es el “Arco de los novios” de la ermita de los Ángeles, cuya leyenda reza que las parejas que lo cruzan se casarán.
Un pueblo de calles empedradas, casitas blancas con puertas de madera, macetas rebosantes en los balcones y un rumor constante de agua bajando por las fuentes por el que pasear antes de emprender alguna de las decenas de rutas que recorren sus alrededores, donde es habitual, en temporada, encontrar a vecinos buscando algunas de las setas más preciadas de la comarca.
La cuna de Juan Ramón Jiménez, el Nobel que paseó a su querido Platero por estas calles, conserva con orgullo sus raíces y sus versos. Las fachadas blancas se adornan con rejas negras, macetas azules y puertas altas de madera. El casco histórico de Moguer está salpicado de conventos, iglesias, como la destacada Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, y casas señoriales que narran siglos de esplendor marinero. De obligada visita resultan la Casa-Museo Zenobia y Juan Ramón para conocer uno de los poetas más grandes de España.
Un pedazo de historia aún más lejana también resuena por las calles de Moguer, ya que fue aquí donde los monjes del Convento de Santa Clara prepararon a la Niña para su travesía a América con Colón. Además, si apetece darse un baño atlántico, a apenas 20 minutos aparece Mazagón cuyas amplísimas playas ofrecen arenales en los que no habrá ninguna discusión a la hora de colocar la toalla.
De pueblo tradicional marinero, a uno de los espacios de recreo más exclusivos de la provincia, El Rompido, perteneciente al municipio de Cartaya, aún conserva la esencia de la costa de Huelva. Sus enormes arenales, donde destaca la Flecha del Rompido, al que solo se puede acceder en barca, son uno de los mejores espacios para ver desaparecer el sol las tardes de verano, antes de poner rumbo a alguno de los restaurantes que se distribuyen por el pueblo.
Los restaurantes del puerto sirven gamba blanca recién sacada y choco frito con limón. Los pescadores aún reparan redes a mano y venden su pesca en pequeñas lonjas. Aquí, el lujo es la calma. Hay rutas en kayak, paseos por el Paraje Natural de las Marismas del Río Piedras y caminos entre pinares perfumados.
El extremo occidental de la Sierra de Huelva, casi en la linde de la frontera portuguesa, Aroche se asienta sobre una colina presidida por su imponente castillo almohade, que aún conserva buena parte de su estructura defensiva medieval y su singular plaza de toros. Esa herencia árabe también se aprecia en la disposición de su laberíntico callejero, donde también se entrelaza con la ciudad romana de Arucci Túrdula, ubicada en las afueras.
Aunque si por algo se caracteriza la localidad, es por la proximidad de la naturaleza primigenia que le da estar enclavado dentro del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Resulta el punto de partida de decenas de rutas de senderismo entre alcornoques, quejigos y encinas, que albergan grandes poblaciones de ciervos y jabalíes, por lo que los platos se llenan de elaboraciones de caza en temporada.
El Rocío, símbolo de espiritualidad y de tradición andaluza por antonomasia, merece una visita pausada para conocer todos sus secretos. Ubicada a las puertas del Parque Nacional de Doñana, esta pequeña población se transforma completamente durante la famosa Romería del Rocío, recibiendo más de un millón de peregrinos a caballo, a pie o en carretas para venerar a la Virgen del Rocío, aunque la mayoría del año resulta un espacio tranquilo.
Muchos visitantes se sorprenden al ver que sus calles no están asfaltadas, sino cubiertas de arena, pensando en los caballos de la peregrinación, y las casas están construidas en torno a patios y cocheras donde descansan los caballos; todo tiene un aire de western andaluz.
Las Jornadas Medievales, de Cortegana trasladan cada agosto a vecinos y turistas a un escenario del siglo XIII. Su imponente castillo medieval, que domina toda la Sierra de Huelva, junto a sus calles empedradas, fachadas encaladas y la iglesia del Divino Salvador reflejan una historia rica y bien conservada, manteniendo ese equilibrio entre lo monumental y lo cotidiano, entre la herencia histórica y la vida de pueblo.
Rodeado de dehesas, alcornoques y castañares, es también un paraíso natural para senderistas y amantes de la tranquilidad rural. Desde aquí parten rutas que conectan con otros pueblos serranos, cruzando bosques donde aún se escucha el silencio. En la mesa, el protagonismo es para el jamón ibérico, el chorizo casero y las migas serranas, todo con sabor a sierra. Cortegana conquista por su autenticidad y su calma.
En general... ¿cómo valorarías la web de Guía Repsol?
Dinos qué opinas para poder mejorar tu experiencia
¡Gracias por tu ayuda!
La tendremos en cuenta para hacer de Guía Repsol un lugar por el que querrás brindar. ¡Chin, chin!