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Acantilado de la Hondura

Fasnia, Santa Cruz de Tenerife

Anonadados. Así nos quedaremos tras ver la fina niebla que rodea el acantilado de la Hondura. En un espectáculo digno de verse una y otra vez. El mar choca con tanta fuerza contra las rocas que las partículas de agua forman una delicada neblina que sabe a sal. La mejor forma de acercarse hasta el acantilado es mediante alguno de los senderos que parten desde el final del núcleo de población de Las Eras. Calas y pequeños barranquitos llenan un espacio en el que encontramos un pequeño enclave considerado lugar de interés científico. En apenas cien metros se esconde una de las colonias más ricas de piña de mar, una especie vegetal autóctona de la zona y considerada en peligro de extinción. Y de fondo, las gaviotas ponen la banda sonora a un escenario de película.

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