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Albeta

Un pueblo zaragozano vinculado al agua milagrosa

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En el valle que conforman el río Huecha y la acequia del Marbadón se sitúa Albeta, un pequeño pueblo zaragozano cuya historia milenaria siempre ha estado vinculada al agua. Lo atestigua el Manantial del Ojo, cuyas aguas medicinales de sulfatos y magnesio ya eran conocidas en la antigüedad. De esta época romana también se conserva una villa con termas en el paraje conocido como La Gorrona. De entre el patrimonio monumental de la localidad destacan dos casas solariegas, un antiguo molino de agua del que se mantiene su maquinaria original, un pilar mudéjar de camino a Borja y, sobre todo, la iglesia gótica de Santiago Apóstol (siglo XVI), con tallas y retablillos barrocos, y donde se halla la imagen de la Virgen del Rosario. Las leyendas atribuyen a esta virgen poderes curativos sobre locos y embrujados.

Es imprescindible visitar el Centro de Interpretación Valle del Huecha, donde se aprecia la importancia que ha tenido y tiene el agua en la zona, y donde el visitante conocerá el patrimonio material de este rincón de la provincia de Zaragoza a través de objetos de la vida cotidiana de sus gentes. Además, en Albeta confluyen varias rutas, ideales para recorrer a pie o en bicicleta. El municipio forma parte de la Ruta vinícola de la Garnacha. El paisaje que abarca esta ruta enoturística (territorio de la D.O. Campo de Borja) ha sido declarado Espacio de Interés Turístico de Aragón.

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