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Artziniega

Villa medieval al norte del Valle de Ayala

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Una villa de misterio, encanto, pasiones y traiciones. También de caballeros, reyes y nobles. La historia medieval de Artziniega nos la cuentan sus palacios, torres y casas blasonadas que se reparten por un entramado urbano que evoca a otra época. Incluso en el Mercado de Antaño, celebrado al finalizar el verano, se recrea aún más esa particular atmósfera. Además, entre las frías piedras, aparece la Fragua de Pablo Respaldiza como un lugar en el que el fuego escribe su propia historia.

Es la misma función que la fe protagoniza en la Iglesia de la Asunción, que ha ido completándose a lo largo de los siglos. No es el único espacio religioso del municipio. Quizá el más representativo sea el Santuario de Nuestra Señora de la Encina, al que se llega por la carretera tras pasar el Museo Etnográfico. Junto a una encina centenaria, este espacio constituye uno de los puntos neurálgicos del municipio. Desde él se inicia un circuito de senderismo en el que destaca Peñalba. Y es que Artziniega también ha sido bendecida por la magia de la naturaleza. El diseminado de Retes de Tudela o la Fuente de la Teja son dos ejemplos en los que disfrutar del entorno, la calma y la tranquilidad. Filosofía pura, como aquella que respiran, en su Museo-Taller, las obras del escultor Xabier Santxotena. En sus creaciones de madera, el artista nos habla de poesía. Artziniega es un poema repleto de monumentales versos que riman. Aunque, sobre todo, es una epopeya. Una glosa medieval retratada por modernos trovadores.

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