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Bembibre

Recuerdos de su pasado minero

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Aún hoy resuenan los picos y las palas de los mineros en las galerías de Bembibre. Estos hombres trabajaban largas horas alejados de la luz del sol, casi en el mismísimo centro de la tierra. En sus intensas jornadas, necesitaban candiles para iluminar una caverna subterránea de vacío casi existencial. Pero la recompensa llegaba después. Al salir a la superficie, la claridad cegadora dibujaba las siluetas de un municipio artístico. Estos encontraban la belleza en la Plaza Mayor cuyo reloj de la Casa Consistorial parecía demorarse como si quisiera detenerse unos instantes ante el alma de la iglesia de San Pedro. Más lejos, el santuario del Ecce Homo y el museo de Arte Sacro nos hablan de fe. Los mineros difícilmente podrían vivir en algunas de las lujosas viviendas modernistas de la localidad, pero seguramente habrían podido degustar uno de los productos más típicos del Bierzo: el botillo. En el Festival Nacional de Exaltación del Botillo, el sabor de este embutido típico evoca en nuestro paladar la exquisitez de un producto que incluso hace olvidar la dureza que los mineros tuvieron que soportar en las galerías. Un pasado teñido de carbón del que la localidad leonesa de Bembibre se muestra más que orgullosa.

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