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Cabrils

Tierra de sabor

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Sobre las verdes tierras de la comarca catalana del Maresme se erige Cabrils. Orgullosa, próxima a la costa, y en medio de un majestuoso entorno natural, esta pequeña villa se despereza cada mañana escoltada por las montañas de la Cordillera Litoral. Es un placer pasear por sus empinadísimas y empedradas calles. No es necesario andar mucho para darse cuenta de la riqueza arquitectónica existente y deleitarse con la pequeña y mozáraba iglesia de Santa Cruz, junto al club de tenis; la fachada cubierta de plantas trepadoras de la Masía de Can Tosca; la fortificada torre de Can Amata o, ya en las afueras, la cruz de Montcraber, sobre la que cayeron dos rayos y se ha convertido en un acompañante mudo de los turistas que corren presurosos a hacerse fotografías junto a ella, un emplazamiento desde el que se puede observar a Cabrils en todo su esplendor, son parte de su patrimonio al que se suman sus fiestas, como la de Santa Elena, y su rica gastronomía, cocina mediterránea en estado puro.

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