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Campaspero

Villa caliza

El sol resplandece sobre lo alto del valle del Duero y se refleja en la piedra blanca de Campaspero. Es verano y el astro desafía la resistencia de la caliza, protagonista por antonomasia de este pequeño pueblo vallisoletano. La roca, presente en prácticamente todos los edificios, aguanta los rayos estoicamente con la firmeza del mejor de los guerreros. El calor no da tregua y los vecinos se agolpan en los alrededores de la Plaza Mayor, presidida por su bellísima Casa Consistorial. Algunos, buscando la sombra; otros, tomando un refrigerio que sacie su sed. El sudor corre a borbotones por todos sus rostros, como hizo por los de aquellos que antaño levantaron la iglesia barroca de Santo Domingo de Guzmán, ubicada en su plaza homónima. Entretanto, en la calle Nte, a la espalda de cuatro árboles y protegido por un recinto cercado, se encuentra el espectacular museo de Piedra, que trata de respirar. La estrella turística, resignada, parece esperar una lluvia que hace tiempo que no humedece sus gruesos muros. La tarde cae y el sol, por fin, se va ocultando; momento idóneo que varios aprovechan para disfrutar del plato tradicional, el sabrosísimo lechazo asado al horno de leña. Las cantidades no importan mucho y los paladares se dejan llevar. Ya habrá tiempo de quemar las calorías sobrantes en la Media Maratón de Santo Domingo, aunque bueno, para eso aún queda mucho.

Información de contacto

  • Teléfono

    983698001

    Llamar
  • Web

    https://www.campaspero.es/

    Ver web

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