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Cascante

En busca del pueblo en el valle

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“La consentida” de la Madre Naturaleza, situada entre el follaje del valle del Queiles y las montañas del Parque Natural de Bardenas Reales y el Montaño. Un clima fresco propio del valle del Ebro que hace olvidar los rigores del verano en la ciudad. Una belleza de pueblo reflejada en sus calles de origen medieval y sus viviendas de piedra tostada que junto a los marcos de pinares, alamedas y picos nevados en la neblina forman un detallado cuadro digno del mejor pintor impresionista. Una zona de autocaravanas perfectamente acondicionada para la pernocta así como lujosos hoteles y deliciosas casas rurales para disfrutar de la naturaleza y los  subyugantes aromas a bosque y a madera quemada. Una deliciosa laguna- Lor- a tan sólo tres kilómetros para pescar o contemplar gaviotas y ánades entre leyendas de hadas que suspiran.

Una larga historia reflejada en sus yacimientos como el celtíbero de la tribu de los berones o el neolítico de los Pedreñales. Un gran patrimonio monumental representado en un conjunto arquitectónico único en Navarra: la exorbitante basílica barroca de Nuestra Señora del Romero y su galería porticada llena de arcos, ambas adosadas al Museo Etnológico Municipal que recorre la rica historia y costumbres del pueblo. Un  oasis del relax gracias al moderno Centro termo-lúdico de Cascante en el que se puede disfrutar de saunas y spas así como de una piscina de hidroterapia con más de 50 efectos. Una buena zona de entrenamiento de bicicleta, running o senderismo gracias a la Vía Verde del Tarazónica, la cual empieza en un lugar que, como dirían en ‘Cuarto milenio’ es de lo más “inquietante”, la abandonada estación del ferrocarril de Cascante.

Un tesoro de la repostería con sus mantecados, sus coquitos, sus conchitas y sus dulces de miel- sin olvidar, por supuesto, su icónica trenza de Cascante; así como de las setas, un placer aumentado gracias a sus Jornadas Micológicas en otoño; los pinchos considerados como “alta cocina en miniatura” y que se pueden degustar en la celebración local del Pinchorrazo y el mejor aceite de oliva virgen extra. Un placer para los sentidos del gusto, la vista y el olfato culinario por sus excepcionales vinos. Todo esto y mucho más se encuentra en tan sólo unos kilómetros de Tudela: es Cascante.