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Conesa

Villa medieval tarraconense con una muralla casi intacta

Los pasos se pierden por las calles estrechas de este bien conservado núcleo medieval repleto de alicientes que hay que ir descubriendo en un sosegado recorrido. Mantiene casi intacta su estructura amurallada con las casas rodeando al antiguo castillo, remoto vigía en la planicie de la Conca de Barberá.

Se accede al pueblo por dos portaladas, la de Santa María (siglo XIV) y la de Sant Antoni (siglo XII). La primera lleva directo hasta la Plaza Mayor, donde se ubica la Iglesia de Santa María, cuya construcción se inició en estilo gótico en el siglo XIV y se culminó en 1812. Enfrente está el Ayuntamiento, edificio del que se tiene constancia desde 1340 como horno de pan, en activo hasta 1924. Hoy, además del consistorio, alberga una exposición con herramientas rurales antiguas. El trío de edificios ilustres de la céntrica plaza lo remata el Sindicat, construido en estilo modernista en 1920.

El viaje al pasado a través de Conesa reserva a los visitantes la callejuela de los judíos y Can Gallard, un pequeño barrio de diez casas que albergaba distintos oficios y que fue residencia de los monjes del Monasterio de Santes Creus. Extramuros, merece la pena acercarse a la Ermita de Sant Antoni, con su crucero de ocho metros de altura construido en el siglo XIII de una sola pieza .

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