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La Bastida

Mimada por el río

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A 6 kilómetros de Tamanes, al sur de la provincia, se levanta esta pequeña población en la caída de la sierra de Valero, rodeada por la sierra de Francia y la de Las Quilamas. La pequeña y sencilla iglesia está presidida por un retablo de estilo rococó. La otra joya de este municipio son sus dos piscinas naturales, en el río, con una zona recreativa –El merendero de La Bastida– que incluye  merendero, duchas o una zona de acampada.

Su economía se basa en una pequeña cabaña ganadera de ovejas, cabras y alguna vaca junto al cultivo de huertos para el autoconsumo y no es difícil vislumbrar burros por sus alrededores.

La Bastida es un perfecto punto de partida para senderistas y amantes de la naturaleza, ya que que cuenta con pistas forestales para pasear por los valles y montes, antesala de la sierra de Francia, y descubrir rincones como el monte del Castillo, desde donde se obtienen impresionantes vistas de la zona. Una de las rutas lleva hasta una cueva escondida, lugar de numerosas leyendas, cuya entrada también esconde panorámicas de impresión.

 

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