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Maluenda

Un patrimonio mudéjar de primer orden

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En la margen derecha del río Jiloca se levanta la localidad zaragozana de Maluenda. Su casco urbano está repleto de lugares y monumentos de enorme interés histórico, con una relevancia especial del arte mudéjar. De este estilo arquitectónico son tres iglesias: la de Santa María (siglos XIV-XV), con dos interesantes retablos góticos en su interior y hermosos alfarjes en la fachada; la de las Santas Justa y Rufina, erigida en la misma época, que conserva varios retablos y óleos de distintos estilos, y la de San Miguel.

Los restos del castillo musulmán, en cuyos muros acampó Abderramán III, dominan todo el pueblo. Junto a esta fortaleza se sitúan una serie de edificaciones que constituían un sistema defensivo que ha sido declarado Conjunto-Histórico. Se trata de la esbelta Torre Albarrana (siglo X), la Torrecilla, la Iglesia-fortaleza de San Miguel y la Puerta de Calatayud, que daba acceso al recinto amurallado. También el barroco ha dejado su huella en Maluenda: el Convento de las Carmelitas Descalzas es el mejor ejemplo.

Ya en las afueras de la localidad encontraremos otros lugares relevantes, como las ermitas de los Santos Gervasio y Protadio, y la de la Virgen de la Soledad, además de un yacimiento arqueológico de la Edad del Bronce y restos de un puente romano sobre el Jiloca. En otoño, los vecinos de Maluenda viajan en el tiempo hasta principios del siglo XX en la recreación 'Crónicas de un pueblo'. Esta fiesta, declarada de Interés Turístico en Aragón, recuerda cómo era la vida en el municipio a través de sus costumbres, tradiciones y oficios como el vareado de lana, el pisado de uvas, la matanza del cerdo, el relleno de colchones, la trilla… Numerosas pistas y senderos atraviesan el término municipal junto a la vega del Jiloca. En el camino, además de viñedos, almendros y alguna bodega, contemplaremos hermosas vista de la zona.

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