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Móra la Nova

Una historia de dos siglos vinculada al ferrocarril

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En la margen izquierda del Ebro, justo enfrente de Móra d’Ebre, se encuentra Móra la Nova que, como indica su nombre, tiene un recorrido de solo un par de siglos. Nació por la necesidad de expansión de algunos habitantes de Móra d’Ebre, que instalaron aquí sus masías. Su situación clave para las comunicaciones propició un rápido crecimiento y en poco menos de un siglo fue declarada villa por Fernando VII. El monarca también otorgó permiso para realizar una feria agrícola y ganadera que, desde 1831, se ha celebrado ininterrumpidamente.

El paseo por el centro de esta ciudad descubre un poco de todo eso, empezando por el Mas de la Coixa (siglo XVIII), una de las masías más emblemáticas que actualmente es sede de distintas instituciones y de un albergue. Otro punto de interés es la Iglesia Parroquial de Nostra Senyora del Remei, nueva como el pueblo, ya que se construyó en 1954. El tren tuvo una importancia vital en el desarrollo de Móra la Nova. A la entrada de la población se encuentra la estación, con cien años de antigüedad, de la línea Reus-Zaragoza. Sus talleres llegaron a emplear a más de mil trabajadores. Dada su importancia económica, se ha creado el Centre d’Interpretació del Ferrocarril, un moderno centro interactivo que muestra la importancia que la industria ferroviaria tuvo en la población. Móra es, además, una ciudad con río. Desde el embarcadero se llevan a cabo carreras de muletas (embarcación típica de la zona) y muchas otras actividades acuáticas.

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