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Nuño Gómez

Belleza renacentista en la iglesia

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Que un pueblo sea pequeño no significa necesariamente que no muestre monumentos o edificios de interés, o historias curiosas que oír a sus gentes. Nuño Gómez, entre la sierra de San Vicente y el río Alberche, es buen ejemplo de ello. En su pequeño casco urbano hay espacio, por ejemplo, para la iglesia de Santa María de la Nava, construida en el siglo XVI y declarada Bien de Interés Cultural. Es de pequeño tamaño, pero de muy bella factura, reforzada con contrafuertes renacentistas y rematada en un ábside poligonal. En el frente, una espadaña con dos campanas. Otro templo que llama la atención es la ermita del Santo Cristo de los Remedios, de los siglos XVII-XVIII, situada en la calle Eras Grandes.

En cuanto a la arquitectura popular, sobresalen la curiosa fuente de la plaza del Ayuntamiento, el potro de herrar (recientemente restaurado) y el palacio de los Marqueses, en la calle principal del pueblo, un edificio del siglo XVIII de estilo neoclásico construido en mampostería con muros de sillería. Y a las afueras, en la carretera que va de Navamorcuende hacia el Real de San Vicente, encontramos restos de cuatro molinos de agua, dos de ellos bastante bien conservados.

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