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Villalcázar de Sirga

La fuerza del Temple

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Tierra de campos, tierra de iglesias y tierra de templarios. Villalcázar de Sirga lleva en su nombre el carácter de plaza fuerte que su posición geográfica le encomendó en la Reconquista. Ganada la batalla, se convirtió en parada de la Ruta Jacobea por el Camino Francés, justo antes de arribar a Carrión de los Condes. Al peregrino lo acogían en el Hospital de Santiago, del que hoy solo quedan los restos. Pero el espíritu debía alimentarlo en la gran iglesia de Santa María la Blanca, construida por los caballeros de la Orden del Temple, a finales del siglo XII. El imponente templo simboliza lo que Villalcázar fue en su día, el centro de la vida de los alcazareños.

El caminante del siglo XXI sigue marcando a Villalcázar en el mapa. Al caminante del siglo XXI que llega cansado, pero satisfecho de haber completado otra etapa, le maravilla contemplar la luz del atardecer refulgiendo en las paredes de Santa María. Ya no es la Blanca, ahora es la Dorada. El silencio es otro habitante del pueblo y acompaña al que deambula por las calles de 'Villasirga', como también se la conoce. Ahora toca retirarse. Mañana habrá tiempo de callejear.