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Villarta de San Juan

La Mancha pacífica

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La Plaza de la Paz brilla con los colores claros de sus edificios. Nos fijamos en el ayuntamiento, que comparte manzana con el mercado municipal y, sobre todo, en la Torre del Reloj, construida ya en el siglo XVII. Se ve en su recio empedrado que este lugar es el centro neurálgico de VIllarta de San Juan. No muy lejos de allí, un puente romano observa sin prisa fluir el agua del río que cruza, y en los parajes que hay en la vega de ese mismo río, el Gigüela, se puede disfrutar de la placidez en estado puro. En esta villa convivieron en paz durante siglos cristianos, judíos y musulmanes. Esta armonía sólo saltó por los aires durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, pero sus habitantes siempre han conseguido volver a la tranquilidad, que ahora se rompe solamente durante sus fiestas más conocidas, Las Paces, en las que la pólvora estalla entre vivas a la Virgen.

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