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Hay quien piensa que el nombre de Sort está relacionado con la traducción literal del término suerte en catalán, algo que no es de extrañar ante la evidencia de la que pueden dar fe más de un afortunado con los premios repartidos por su famosa administración de Loterías durante las últimas décadas. Pero parece ser que el topónimo viene más bien de suert, que en una lengua preindoeuropea significa puente, porque aquí estaba el único de relevancia que atravesaba el río Noguera Pallaresa. El caudal de este afluente del Segre, artería principal de las comarcas del noroeste de la provincia de Lleida, discurre estos días de primavera con cierta potencia, haciendo las delicias de los amantes del rafting y el piragüismo.
Para muchos visitantes con inquietudes deportivas, Sort es la capital de la adrenalina. Fue uno de los municipios pioneros en el turismo de aventuras y solo hace falta pasearse por sus calles para descubrir las numerosas tiendas, escuelas y empresas relacionadas con el mundo del rafting, kayak, piragüismo, puenting, alpinismo, barranquismo o esquí. El Noguera Pallaresa puede presumir de ser uno de los ríos más potentes de aguas bravas de España y del sur de Europa, con una navegabilidad que supera los 40 kilómetros, además de atravesar un paisaje esculpido por cañones, desfiladeros, cascadas, rápidos, meandros y zonas más calmadas, ideales para darse un chapuzón. A pesar de las gélidas temperaturas de sus aguas por estas fechas, con los picos de los Pirineos cubiertos de nieve al fondo, no será extraño encontrarse con grupos de adolescentes sumergiéndose en ellas con diversas piruetas.
Para los más relajados, el núcleo urbano de la villa ofrece un entramado sencillo de calles y casas de piedra y tejados de pizarra que ha crecido bajo la atenta mirada de su castillo. Los antiguos condes de Pallars decidieron fijar aquí una de sus moradas, de la que apenas quedan los restos de su torre del homenaje, de estilo románico, y su fachada gótica. El castillo, que fue escenario de varias batallas durante siglos, fue usado también como prisión y parte del cementerio municipal, y es uno de los símbolos más icónicos de Sort. También presumen aquí de su Museo de las Mariposas, con una colección de 4.000 especies diferentes; o el del Camino de la Libertad, ubicado en la antigua prisión, donde se hace memoria de las penurias y vicisitudes que tuvieron que padecer los miles de judíos (se calcula que entre 15.000 y 20.000) que cruzaron andando los Pirineos huyendo de los nazis. Otra parada muy interesante es Saurí, una pequeña aldea de 15 vecinos a 12km del centro, y cuya sencilla iglesia de San Víctor, que se abría solo una vez al año por la fiesta mayor y donde el paso del tiempo estaba haciendo profunda mella, se ha convertido en lugar de peregrinaje artístico después de la intervención del artista Santi Moix, que ha convertido su interior en una colorida y psicodélica versión del Edén.
Sort es un excelente punto de partida para descubrir los paisajes de alta montaña que nos ofrecen los Pirineos. Es la puerta de entrada del Parque Nacional de Aigüestortes i Lago de Sant Maurici (al oeste) y del Parque Natural del Alto Pirineo (al este). Los bosques de avellanos, alisos, chopos, encinas, abetos, pinos rojos y negros dan cobijo a las numerosas rutas de senderismo que comunican las diferentes aldeas del municipio, nos acercan a la vecina Gerri de la Sal o adentran en el Vall d’Àssua.
Se cuentan por miles los turistas que cada año, a partir de julio y hasta el 21 de diciembre, hacen fila a las puertas de la administración nº 1 de Sort, conocida como La Bruixa d’Or. Su fama casi mundial -su fundador, el mediático Xavier Gabriel fue el primer turista espacial español- se fundamenta en los cuantiosos premios que ha repartido en las últimas décadas -aseguran que más de 3.2000 millones de euros- y también en que fueron pioneros en la venta online. “Lo de la popularidad de la lotería, al final, nos beneficia a muchos, porque esa gente que viene buscando la suerte también come, compra y se queda a conocer el pueblo”, reconoce un hostelero de la zona. Una de las calles con más vida del municipio es la Carrer Major, que aún conserva parte de los soportales con arcos de piedra, donde se encuentra la papelería ‘Soler’, que cumple 75 años de historia vendiendo libros, material escolar y mapas, o la cafetería de ambiente bohemio ‘Alma’s Café’. En el número 21 podremos adquirir en ‘Pujol’ uno de los embutidos caseros más tradicionales del Pallars, la girella -a base de arroz, corazón y pulmón de cordero-, unas secallonas (fuet) o butifarra de lengua de cerdo; mientras que en el número 68, el matrimonio formado por Antonio y Viqui se ha especializado en 'Boté' en la carne de potro de la raza pirenaico catalán que ellos mismos crían.
Jordi Rafel es la cuarta generación de pasteleros al frente de 'La Lionesa' (Carrer Major, 33), fundada en 1857 y que luce con orgullo en su entrada el distintivo de Solete Guía Repsol. Su mujer, Patricia, es la que atiende el negocio cara al público, siempre con una sonrisa, mientras que él arranca la jornada a las cinco de la mañana en el obrador, junto a Roger y Nuria. La especialidad de la casa son las galetes de la Noguera Pallaresa, a base de nueces de nogales salvajes de los valles del Pallars Sobirá, el Pallars Jussá y Ribagorza. “También se venden muy bien las crostadas, unos hojaldres rellenos de crema, manzana o frambuesa; la repostería casera, los pasteles y tartas, las pastas de queso curado Lolitas, así como diferentes panes”, apunta Patricia mientras despacha a una clienta unas cocas.
Justo al lado de ‘La Lionesa’ está otro homenaje a la tierra, en este caso al valor cultural del pallarés. En la tienda de ropa, artesanía y complementos ‘Vida Làctia’, Natalia lleva diez años reivindicando este dialecto del catalán, “que hemos logrado conservar porque históricamente este territorio ha estado muy aislado en los Pirineos, donde no era tan fácil el acceso y las relaciones con otros territorios”, recuerda la propietaria del local, donde lucen en el escaparate sudaderas, camisetas, bolsos y baberos para bebés con palabras como fato (tonto), esmolet (avispado) o potxo (beso).
Hay pocos emparejamientos que funcionen tan bien como el de queso y vino. La quesería 'Tros de Sort' “surgió de una desgracia económica”, recuerda uno de sus socios fundadores, Josep Font. “En los años 90, esta comarca tenía un gran potencian en la industria lechera. Éramos cientos los ganaderos que vendíamos a una empresa que quebró en 1992 y nos quedamos sin empleo y sin saber qué hacer con nuestras vacas. A los tres años, nos juntamos cinco ganaderos, un veterinario y un ingeniero técnico agrícola para montar una quesería donde elaborar un producto artesano, poner en valor el territorio y fomentar la divulgación sobre los quesos”, nos explica con sumo detalle Font.
Desde 1995, 'Tros de Sort' ha explorado en el mundo quesero con ese sello de terroir pallarés. “Trabajamos exclusivamente con leche entera de nuestra propia granja de vacas de raza frisona, ubicada en Pujol y que es la última que queda activa en el Pallars Sobirá y el Pallars Jussá”. Fueron de los primeros en España en comercializar una pasta blanda de leche cruda de vaca con menos de dos meses de curación, el Tou dels Til·lers, su gran emblema. También está el Tupí de Sort, “que es un queso de queso, de recuperación o subsistencia, porque se preparaban en esta zona con los restos de quesos que se habían quedado viejos, aceite y orujo. Nosotros seguimos la receta del abuelo Tunica, con la doble fermentación de nuestro queso curado, aove de la DO Les Garrigues y orujo, que le aporta un sabor potente y ligeramente picante”. A la lista se suman el Serrat del Triadó (curado de leche cruda); Costa Negra (mantecoso y suave con la piel pintada con carbón vegetal); Serrat del Milenio (con maduración de un año y sin lactosa); los que ahúma con leña de fresno el chef Mariano Golzalvo en su restaurante 'Lo Paller de Coc' (1 Sol 2025 en Surp); o el Sant Maurici (“que surgió durante la pandemia, por la necesidad de elaborar piezas grandes para no perder la leche” y con maduración mínima de cinco meses).
Para maridar, qué mejor que uno de los vinos de la única bodega con viñedo propio de Sort. Batlliu de Sort es el proyecto que montaron en 2007 cuatro vecinos y amigos de la localidad, “a los que nos gusta este mundillo y nos preocupa el devenir de la comarca”, reconoce Josep Rabasa, exbanquero “reconvertido en payés vocacional”. Junto a Guillem Puras y los hermanos Ramón y Aleix Aytés -ambos muy vinculados con la hostelería-, se han embarcado en los vinos de alta montaña “con la mínima intervención posible y el máximo respeto a nuestras viñas”, que han recuperado después de casi 200 años sin actividad vitivinícola en el Sobirá. “Los vinos de Batlliu de Sort son una expresión del Pirineo embotellada con un carácter fresco”, que van desde el Finca de les Lleres (viognier 100%, “un blanco de guarda” con 12 meses de inox, 24 en barrica de roble francés y 18 en botella); el Nero de Sort o el BIU PInot Noir (ambos 100% pinot noir); el BIU Riesling (85% con un 15% de viognier); o el Montorroio (100% garnacha tinta con seis meses de paso suave por madera), todos dentro de la DO Costers del Segre.
Para terminar este viaje por Sort no podemos olvidarnos de la actividad económica que ha marcado a generaciones: la ganadería de alta montaña. En el Vall d'Àssua llegaron a ser casi 200 pastores, aunque apenas quedan seis, con Ana como única mujer. En el ecomuseo ubicado en el pueblo de Llessui -cuya estación de esquí, cerrada desde 1987, fue de las más populares- rinden homenaje a este oficio, con actividades para toda la familia, como acompañar a un pastor en su día a día o descubrir los usos de la lana de las ovejas xisquetas, la raza autóctona de los Pirineos.
En el entorno de la montaña de Llessui se encuentra la borda de uno de los productores de carne de la zona, 'Cal Roi', una pequeña granja familiar dedicada al pastoreo desde 1882. David, quinta generación, aprendió de su padre Agustí todo lo que sabe del manejo del rebaño de ovejas, compuesto por casi un centenar de madres con sus corderos, más 500 que pastan en la montaña durante toda la primavera y que pueden visitarse en una excursión en 4x4 para tener unas vistas privilegiadas del paisaje pirenaico más puro.
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