A la vieja usanza, como un millonario ruso, pero con un presupuesto más modesto. Coloca una pequeña cantidad de caviar de trucha sobre la zona que se sitúa entre la muñeca, el pulgar y el índice. Luego, ya es decisión del comensal si ataca el manjar como un tigre a una gacela o con un estilo más sensual y provocador.
Así se como el caviar
El caviar se acerca a la democracia
