
Convertir los contratiempos en un divertimento es toda una ciencia o un arte en manos de muy pocas personas. Hacer de una celebración con menos invitados de los que debieran un encuentro con risas y cariño puede ser el mejor regalo. Ejemplo: ¿por qué no aprovechar que hay sitio en la mesa para dar un tutorial de cómo se come el caviar o una ostra?
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