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Archipiélago de la Cabrera

Ses Salines, Balears/Islas Baleares

Una isla principal, 19 islotes y 10.000 hectáreas de superficie,  describen una de las principales reservas naturales del país. A tan solo 10 kilómetros del puerto de la Colònia de Sant Jordi, en Ses Salines, se encuentra el archipiélago de Cabrera, ejemplo de  respeto y cuidado medioambiental, que posibilita el equilibrio y crecimiento de la enorme variedad de especies de flora y fauna que el visitante puede encontrar en este paraíso de biodiversidad.
Declarado Parque Nacional Marítimo Terrestre, las calas y playas, las cuevas y acantilados, dibujan un lienzo de extrema belleza: Los pinos, encinas, bojs y matorrales, peinan de color verde una superficie poblada de aves. Los residentes habituales observan con ligera desconfianza a los cientos de ejemplares que descansan de los flujos migratorios. Halcones, cernícalos o gaviotas,  entre otras especies, pueblan los cielos de la isla. Por su parte, el paso ceremonioso de las tortugas se cruza con el dinámico movimiento de las numerosas lagartijas que habitan sobre el terreno. Pero la riqueza medioambiental de Cabrera también se enorgullece de sus fondos marinos. Más de 500 especies conforman un universo vital, con diversas clases de algas como testigos ornamentales de la vida acaecida en la trastienda marítima.
Un hierático faro de rombos rojos y blancos, erigido como vigilante de navíos, y un castillo medieval, del siglo XVI, evocador de tiempos pasados de amenaza corsaria, constituyen edificaciones cívicas plenamente integradas en el entorno natural.
 

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