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Abrera

La Iglesia de Sant Pere, joya del románico catalán

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Pese a su entorno urbano e industrial en la comarca del Bajo Llobregat, Abrera es un pequeño oasis que conserva en su centro y alrededores parte del carácter rural y tranquilo que tuvo hasta finales de 1800, cuando vivía de la vid, el trigo y el aceite. En su término municipal se halla una de las joyas arquitectónicas más preciadas del arte románico catalán, la Iglesia de Sant Pere, de los siglos XI y XII, con una nave única y tres ábsides semicirculares dispuestos en cruz en torno a un crucero cubierto con bóveda de arista. La pequeña Ermita de Sant Hilari, construida sobre una antigua villa romana, también merece una visita que se puede completar con un paseo por los parajes naturales que ofrece la ribera del río o por el casco antiguo de la localidad.

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