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Alcalá la Real

Espectáculo asegurado en la frontera de dos reinos

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El espectáculo visual está asegurado en Alcalá la Real. Este municipio jiennense, a menos de 60 kilómetros de la capital, es Conjunto Histórico Artístico y la Fortaleza de la Mota, con sus murallas y Torre de la Alcazaba así como la red de atalayas ligadas a la misma, Bienes de Interés Cultural. Suficientes argumentos como para visitar este municipio jiennense que, incluso oteado desde lejos, impresiona. La Fortaleza de la Mota actuó como frontera entre los reinos de Granada y Castilla durante más de 150 años y explica mucho sobre la idiosincrasia de esta localidad, que siempre ha tenido en la defensa una de sus principales preocupaciones. Durante los siglos XIII y XIV, Alcalá la Real fue sucesivamente conquistada por musulmanes y cristianos, de ahí que visitar el antiguo recinto amurallado sea como abrir una ventana al pasado. La actual ciudad, a los pies del cerro en el que se yergue la fortaleza, comenzó a expandirse a lo largo del siglo XVI, cuando los habitantes decidieron abandonar el recinto amurallado ante la ausencia de peligro y conflictos. La Iglesia Mayor Abacial, situada dentro de la fortaleza, fue construida por orden de Alfonso XI cuando conquistó la localidad. Incialmente fue de estilo gótico-mudéjar, pero a lo largo de los siglos XVI y XVII fue reformada hasta su actual aspecto, que combina lo plateresco, lo renacentista y lo barroco. Fuera de la fortaleza, en la propia ciudad, sobresale la belleza del Palacio Abacial, de 1791, hoy sede del Museo y Centro de Interpretación de Alcalá la Real.

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