{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Alcaraz

Cuna del genial Vandelvira

Compartir

La localidad de Alcaraz se incrusta en la ladera del Cerro de San Cristóbal. Pese a los vaivenes continuos en la Edad Media, es el Renacimiento el que devuelve a Alcaraz el brillo perdido. La plaza Mayor es su principal conjunto arquitectónico. Monumental y sobria, envuelta en solemnidad, se abre sobre el saliente de la plazuela de la Trinidad. Está gobernada por dos torres renacentistas, la de la iglesia y la del Tardón, ambas obra del genial arquitecto alcaraceño Andrés de Vandelvira y que constituyen la imagen del pueblo en la memoria. La plaza mantiene la constancia de la arquería, que sustenta el ayuntamiento, la Lonja del Corregidor y la Regatería de sobrio clasicismo. Al lado, la iglesia de la Santísima Trinidad. En el exterior, la portada de un gótico muy avanzado con bellísimas arquivoltas flamígeras. 

El paseo por la villa muestra innumerables detalles, adornos, arcos, portadas y balcones. La puerta de la Aduana, la casa de los Galiano, el Santuario de Nuestra Señora de las Cortes, el Monasterio de Santa María Magdalena, el convento de San Francisco o la Torre do Grogojí son algunos de los tesoros que esconde este bello pueblo alcarreño. En los alrededores, el castillo, casi en ruinas, pero que merece el paseo por el campo y los tramos en pie de su antigua fortaleza.

Contacto