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Algeciras

Ciudad entre dos mares

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Él (Paco de Lucía) nos dejó ya, pero los acordes de su guitarra resonarán siempre en la localidad que lo vio nacer. Una ruta puede acercanos más a la vida del guitarrista, que tituló muchas de sus obras en honor a algunos de los rincones de una ciudad marcada por huellas andalusíes y cristianas. Desde los coloridos bancos de la Plaza Alta podemos admirar la iglesia de Nuestra Señora de la Palma y la capilla de Nuestra Señora de Europa, para después echar a andar y llegar al parque de María Cristina, que alberga los baños de la dinastía merení, no muy lejos del Parque Arqueológico de las Murallas Meriníes.

Un paseo por el puerto nos ofrecerá unas magníficas vistas del Peñón de Gibraltar así como de la inmensidad de la Bahía de Algeciras, que, además, da cobijo a cuatro tipos diferentes de delfines y es lugar de paso de orcas y ballenas. El trasiego portuario está flanqueado por la tranquilidad de las aguas de las playas de Getares y El Rinconcillo, donde la panorámica gibraltareña mejora aún más. A su atractivo litoral se une un interior que invita al senderismo por los parques naturales del Estrecho y de Los Arconocales y el paraje natural de las marismas del Río Palmones, en una localidad cuya situación geográfica la convierte en uno de los tres lugares más importantes del mundo para avistar el movimiento migratorio de las aves.