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Almoradí

Levantinas tierras de huerta

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Un sábado en esta tierra alicantina promete tres cosas esenciales para cualquier amante de la vida que se precie. Compras, diversión y sabor. El Mercado Semanal ofrece un viaje al pasado con los tenderetes que convierten a la plaza de la Constitución en una especia de zoco árabe. Almoradí también aprovecha este día para animarse con los conciertos, talleres y rutas que se celebran por toda la villa. Y, por último, los sábados la localidad abre de par en par sus bares para poder degustar las ricas tapas y los platos tradicionales entre los que priman los arroces y la alcachofa. Todo esto regado por el paisaje levantino que va conformando el río Segura a su paso por esta tierra mediterránea.

El Segura deja a su paso el pequeño valle conocido como el ‘corazón de la Vega Baja’. Bordea la llanura contemplando tiempos pasados en los que griegos, romanos, cartagineses y árabes aprovechaban sus recursos. No es de extrañar, por lo tanto, que en las ocasiones que el río baja caudaloso se quede encerrado un rato en el Azud de Alfetami, una de las obras de ingeniería de riego más importantes de Almoradí.  A su paso por el Azud, deja su impronta en los maravillosos productos de la huerta, entre los que son típicas las alcachofas y las naranjas. Así demuestra su poderío sobre los campos levantinos. Al río no le pasan desapercibidas las modernas calles  de esta antiquísima villa diseñadas por Larramendi. Mientras recorre los bordes de la localidad, observa de lejos el hombre de piedra que se haya encima de la iglesia de San Andrés, un moderno templo que parece abrazar la localidad. 'Es la reina de Almoradí', se lo dice su intuición y debe darse prisa, mañana es sábado y quiere estar presente el día que este pequeño pueblo se viste de ciudad.