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Cala

El ibérico de los cerdos

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Entre la agricultura y el cerdo ibérico vive Cala, subido a la sierra montañosa del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche. Inspirados estuvieron cuando tomaron el "callentum" grecolatina (hermoso) y lo acortaron en "cala" para bautizarle, pues el municipio es realmente encantador. Su memoria minera late en las Minas de la Sultana, las Minas de Teuler y las Minas de Cala, aún en vigor; y sus tradiciones se renuevan año tras año en el entierro de la Gallipierna en Carnaval, la romería hacia el paraje de las Tres Encinas en honor a San Roque, las competencias de las Cruces de Mayo, la Fiesta de la Pilarica de octubre o la Feria de Cala de septiembre. Deleitarse en su riqueza arquitectónica está a una visita de distancia del castillo, la ermita de Nuestra Señora de Cala o la iglesia de Santa María Magdalena, amén de las numerosas y bellas fuentes, la plaza de la Cruz y el hermoso jardín de la Casa Jardín. Cala se deja saborear en dulces como la perrunilla o los pestiños, y en raciones de caldereta de chivo o venado, guisos de oreja de cerdo, picadillo de pestorejo, boya de chicharrones o guarrito o cochinillo frito.

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