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Cercs

La fortaleza de un pequeño pueblo

Cercs se levanta con la cara lavada de pueblo serrano. Su sonrisa recorre el municipio en forma de vegetación que se cuela entre las casas excavadas en cuesta al norte de la ciudad de Barcelona. Bícefalo, Cercs y Berga comparten el embalse de Baells y su historia prerrománica en la iglesia San Quirico de Pedret. Sin embargo, parte de su pasado le corresponde solo a él, solo a Cers. Como símbolo de su legado milenario y su apostura se alza el castillo de Blancafort, mientras que los restos de su carácter humilde se reflejan en los rasgos románicos de la ermita de San Jorge.

Las piedras que forman Cercs lo hacen reconocible como comarca con personalidad fuerte y regia, pero sensible a la vez, desahogándose a través del Torrent de Garrigues, unas corrientes de aguas que reciben a los visitantes a la entrada de la villa, lo primero que se deja ver. Aquí se trabajó duro la piedra para extraer el carbón de sus tierras, en un pasado industrial que todavía conserva parte de su arraigada dureza en el museo Minero, donde se muestra cómo influyó el carbón a lo largo de 150 años, hasta 1991. Cerca se halla el embalse de la Baells, inaugurado en 1976, sobre cuyas aguas emerge la abadía de Sant Salvador de la Vedella, fundada en el año 830.

Así se forma Cercs, un lugar con personalidad.

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