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El Ballestero

Una avutarda entre sabinares centenarios

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La avutarda, una de las aves españolas más emblemáticas, campa a sus anchas por Los Ballesteros. Son los pájaros más pesados en el mundo capaces de volar. Y por aquí encuentran solaz y un entorno habitable en el que destacan los sabinares, esplendorosas concentraciones de árboles centenarios que no hace mucho se encontraban en peligro de extinción. Lagunas y navas son abundantes también, así como los reseñables “ojos”, de donde brota el agua a mansalva, de gran valor paisajístico.

De su patrimonio arquitectónico, sobresale la iglesia de San Lorenzo Mártir, un edifico sorprendente, resultado del trabajo de distintos personajes (arquitectos, canteros y alarifes) y distintas épocas. La plaza de la Constitución congrega a los ballestereños, sobre todo durante la Pascua, San Lorenzo o San Miguel. La sobriedad y la sencillez precisamente realzan el edificio del ayuntamiento con sus dos cuerpos: el inferior con lonja y arquería, que comunica por medio del arco central la plaza con la iglesia, y en el superior una balconada sencilla. Remata el edificio una torre de un cuerpo donde se sitúa el reloj municipal.

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