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Los Palacios y Villafranca

Dos pueblos en uno

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Nacido de la unión entre dos pueblos con sus propias costumbres; Los Palacios y Villafranca de las Marismas se sitúan abrazados por el delta del Guadalquivir, combinan el sabor de sus tierras; la vid y el olivo con la gracia y simpatía que caracterizan el carácter andaluz de sus gentes, convirtiendo este lugar en sitio de encuentro, tipicamente sevillano. Un lugar que da la bienvenida a todo aquel que se acerque a saborear y contemplar su cultura de volantes y patios andaluces que podemos ver en el centro de la localidad. El casco histórico es amplio, lo que permite recorrer al visitante la localidad ‘a sus anchas’. Uno de sus lugares más emblemáticos se encuentra en la avenida de Sevilla, lugar donde nos damos de bruces con la estatua de la Unión, que representa el espíritu de este pueblo. Un espíritu enmarcado en la devoción que esta localidad siente por sus iglesias, muy cuidadas, como la parroquia de Santa María la Blanca desde donde sale la romería, o la capilla de San Sebastián, patrón de la localidad. Si continuamos nuestro paseo hacia la Plaza de España, descubriremos el antiguo caudal del arroyo 'La Raya' que dividía las dos poblaciones que conforman Los Palacios y Villafranca y que, ahora, es un paseo enmarcado por árboles y terrazas en los que podrán degustarse platos tan típicos de la localidad como la ‘fritá’ de tomate, el ajo frito o la Pachocha.

Pero si queremos alejarnos del mundanal ruido podemos hacerlo de la mano de la Ruta del Císter que pasa por aquí y nos deja el Monasterio de Santes Creus, un lugar de oración para descansar del jolgorio del casco histórico sevillano de Los Palacios y Villafranca.

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