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Nerpio

Entre la historia y la naturaleza

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Ir a Nerpio es volar alto. Es techo de la provincia de Albacete y el segundo lugar más elevado de Castilla-La Mancha. Tiene once cotas que superan los dos mil metros de altura. Es asimismo el municipio más meridional. Su territorio hace cuña entre Jaén, Granada y Murcia. Sus calles son agradables y pintorescas. Todas las sendas de los alrededores se abren como miradores naturales del pueblo, la vega y la sierra.

En sentido contrario, el Castillo de Taibilla escruta el horizonte como eterno vigilante y custodio. Su torre del homenaje realza su aspecto. Le guiña un ojo a la atalaya de Vizcable, otra torre bien conservada. Un rosario de abrigos en la roca atestigua su pasado prehistórico con más de una treintena de estaciones con arte rupestre levantino: el Abrigo de la Hoz, el de Viñuela, el de los Ídolos, los Sabinares… sólo en la Solana de las Covachas hay 200 representaciones de arqueros, mujeres y la clásica fauna de este arte (cabras, ciervos, toros y caballos). Este numeroso muestrario de arte es Patrimonio de la Humanidad. Imprescindible visitar el aliviadero del Embalse del Taibilla y los pequeños recovecos urbanos de Nerpio y sus pedanías (Casa de Cultura, Ayuntamiento, Puente de Nerpio, Ermita de la Virgen de la Cabeza y las parroquias de San José, de la Presentación, de la Purísima y de la Asunción.

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