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Peñascosa

Entre montañas y altiplanos

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Montañas y altiplanos rodean el pueblo de Peñascosa, en cuya parte más alta confluyen nada menos que tres ríos. Solo en estos parajes se encuentran bellas excepcionalidades naturales en forma de flora: el caso del pino-roble es una extraña simbiosis endémica de Peñascosa. Además, la Fuente de los Agujeros y la del Lagarto son parajes de indudable interés. En el casco urbano del pueblo prima la sobriedad. Una humilde ermita acogía a sus feligreses hasta que, a finales del XIX, se tomó la iniciativa de construir una iglesia a través de colectas y donaciones. El resultado cristalizó en la parroquia de San Miguel Arcángel de Peñascosa, una edificación rural humilde que vio cómo su torre se hundía en 1938 por el mal estado en el que se hallaba. Hasta que la actual torre se volvió a alzar, un gran olmo hizo las veces de campanario.

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