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Pozohondo

Molinos que rompen la norma

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Cuentan las crónicas que los pozohonderos dieron buena cuenta de los franceses en tiempos de la Guerra de la Independencia. No solo les dieron buen repaso, sino que además les arrebataron cañones y banderas. Hoy, estos artefactos forman parte de su escudo heráldico, para orgullo del municipio. Sienten orgullo también por la bonita Iglesia de San Juan Bautista. En esta edificación no se puede precisar la fecha exacta de su edificación, pero sí podemos asegurar que se construyó en el siglo XVII. Aunque no conserva mucho de su antigua estructura, sí se han guardado en su seno objetos de gran valor artístico, como una Purísima de Salzillo.

A pocos metros del pueblo, por la carretera de los Pocicos, un camino conduce a la Molineta, pequeña elevación junto a Picayo. Los restos del Molino de Pablo atestiguan que es uno de los más sólidos y grandes de Albacete por su perímetro exterior (23 metros), con un grosor de muro de 1.25 metros. Otro molino subsiste en Nava de Arriba y es único porque se ha construido fuera de toda norma clasificable. No es ni manchego ni mediterráneo.

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