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San Sebastián

Una referencia para todo lo que nos gusta

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Cuando Sancho el Sabio, rey de Navarra, fundó la villa de San Sebastián en 1180 no sospechaba que estaba inaugurando la que sería una de las ciudades más bellas de toda la geografía española. De hecho, la prensa internacional ha designado a la capital guipuzcoana como uno de los cinco mejores destinos turísticos del mundo. A orillas del Mar Cantábrico, San Sebastián es referencia indispensable en el mundo de la gastronomía, el jazz, el cine y la cultura en general. Las playas de la Concha y Ondarreta atrajeron a finales del siglo XIX y principios del XX a lo más granado de la realeza, la nobleza y la burguesía. Hoy, las sombrillas de las damas con sus criadas en la orilla de la playa forman parte del pasado y el ocio y el entretenimiento se han democratizado. Hasta tal punto que una de sus playas, la de Zurriola, es punto de encuentro de aficionados al surf llegados de todos los continentes.

No obstante, muchos edificios históricos nacieron en San Sebastián al calor de la antigua 'belle epoque'. Tras la muerte de Alfonso XII, su viuda, la Reina Regente María Cristina, trasladó todos los veranos la Corte a San Sebastián, residiendo en el Palacio de Miramar. De aquellos tiempos datan la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, la Escuela de Artes y Oficios, el Instituto Peñaflorida (actual Centro Cultural Koldo Mitxelena), el Teatro Victoria Eugenia, el Hotel María Cristina, las villas del Paseo de Francia, la estación del Norte o el Puente de María Cristina.

Años después, ya en el siglo XX, el antiguo Casino de San Sebastián (hoy sede del Ayuntamiento) se convertiría en el centro de reunión de las más conspicuas personalidades europeas, desde Mata-Hari hasta Trotsky. De 1912 nada menos data el funicular, que comunica la Playa de Ondarreta con el parque de atracciones en la cima del Monte Igueldo. En nuestros días, el vanguardista Palacio de Congresos y Audiorio Kursaal, sede del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, es una oda a la modernidad de una ciudad que mira al frente sin perder de vista su excepcional pasado.