Prois de Candelaria

Tijarafe, Santa Cruz de Tenerife

Qué ver

La realidad más sorprendente permanece en el interior de una "cueva". No es preciso descubrirla por los sentidos, sino por las sensaciones. Día a día, las aguas del embravecido Atlántico no cesan en su empeño de encontrar el Prois de Candelaria. Al vislumbrarlo, las olas se internan por una enorme oquedad que, en primer lugar, sobrecoge por sus dimensiones. Parece el arco de una catedral. Allí, no hay oscuridad, siempre hay luz. Las aguas se adentran sin cesar y golpean las rocas bajo la atenta mirada de la Virgen del Carmen. Sin embargo, no solo es una preciosa cavidad. Al fondo, sus paredes se han recubierto de casas-cuevas que tiñen de blanco la imponente abertura. Recóndita, la más romántica manera de llegar a la verdadera realidad es tomando una embarcación. También existe un breve sendero que nos lleva desde el kiosko El Diablo hasta este lugar plagado de enigmas. Pasan las horas. Al atardecer, cuando el cielo se tiñe de rojo, desde cualquiera de estas antiguas viviendas, los colores cálidos deciden reposar sobre el océano en un marco acotado por las piedras. Filosofía pura. Un lugar idílico, sobrecogedor. De esos que nunca olvidas y del no puedes partir. El Prois de Candelaria te embruja por los sentidos, pero definitivamente te conquista por el alma.