Castillo Palacio de Los Altamirano

Orellana la Vieja, Badajoz

Qué ver

En el centro mismo de Orellana la Vieja se alza el Castillo-Palacio de los Condes de Altamirano o el Palacio Castillo del Marqués de Belgida o el Castillo de Orellana, pues tiene muchos nombres, muchos comienzos y por él pasaron muchos dueños. Inicialmente, era una fortaleza defensiva de origen árabe, reconvertida en castillo a partir del s. XIII. Tiene una estructura cuadrangular con cuatro torres; las dos de la fachada principal se sitúan en el lado opuesto al río; una es la llamada torre del Homenaje, que conserva parte del esplendor pasado en sus pinturas y en el escudo de los Orellana Altamirano. Tiene forma cuadrada, y la otra es circular. Ambas fueron construidas con mayor grosor que el resto de muros del castillo, y en lo alto, las almenas dan cuenta de su función de vigilancia. El patio del palacio también tendría una disposición cuadrada. Conserva la mitad de la estructura y se aprecian los arranques de los arcos en las galerías inferior y superior.
La construcción que nos ha llegado se hizo bajo el señorío de los Altamirano, en el s. XV, con una importante remodelación de mediados del XVI; la fortaleza perdió su función defensiva y se convirtió en un hermoso palacio medieval. A su alrededor se asentaron los nuevos moradores que venían buscando las ayudas que ofrecía el rey para repoblar la zona; así nace la localidad en el lado opuesto al rio, frontera natural en la batalla entre musulmanes y cristianos, y barrera protectora para los territorios conquistados cristianos.
El castillo estuvo habitado hasta finales del XIX. Después de la Guerra Civil, se construyó un domicilio particular que ocupa materiales y parte del edificio antiguo; en la actualidad forma parte del patrimonio del Gobierno autonómico, pero no se ha completado la rehabilitación ni aprovechado su uso, a pesar una de ser una de las mejores representaciones de los palacios medievales en Extremadura.