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Ermitas de Tarazona de la Mancha

Tarazona de la Mancha, Albacete

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Tarazona de la Mancha tiene varias ermitas, casi todas edificadas entorna al s. XVII. En los límites cuadrados de su Plaza Mayor se constriñe su iglesia más importante, la de San Bartolomé, pero el repertorio religioso y el fervor popular es muy variado, y por eso distintas ermitas, a modo de hermanas chicas, corretean por las calles del pueblo y abren coloridos ventanales al culto. La que más se parece a su “hermana mayor” en las hechuras y el porte grande que poco casa con su categoría, es la ermita de Santa Ana y San Antón. La torre del campanario copia al detalle, incluso en la cubierta, a la de San Bartolomé. El resto de la fachada principal es más sencillo, más de ermita, y cuatro columnas humildes soportan el voladizo del tejado que aportala la puerta de entrada. Es de una sola planta y en el interior sorprende la bóveda de la capilla de San Antón, completamente pintada, de una forma muy detallada y precisa, con motivos animales (aves, caballos, monos o gallos) y vegetales (flores, hojas o racimos de uvas). La vista agradece esa minuciosa profusión de colorido.
De la ermita de Santa Bárbara se desconoce su origen, aunque fue restaurada en el s. XVIII; es sencilla en su construcción y destaca el blanco inmaculado la fachada y el soportal sostenido en cuatro columnas que guarda la entrada. Está junto a un parque que lleva su nombre y, en el interior, un pequeño altar muestra la imagen de Santa Bárbara, patrona y protectora de los diluvios y tormentas. Muy cerca hay un mirador, “Los altos de Santa Bárbara”, nombre que recibían las cuevas bajo las que se guarecían los trashumantes.
A juzgar por un documento del s. XVII, que señala la existencia de una cofradía de San Roque en la localidad, es posible que la ermita de San Roque y Santa Lucía hiciera las veces de hospital, pues este santo es el protector de la peste y otras enfermedades infecciosas. Recuperó su antigua función hospitalaria durante la Guerra Civil, y a día de hoy sólo se dedica al culto de Santa Lucía, la mártir patrona de los invidentes. En su interior, el techo está decorado con motivos florales que se desparraman con onduladas filigranas sobre las paredes. Ha perdido su coloración original pero no le resta vistosidad. En una hornacina se guarda la imagen de Santa Lucía.
Al final de la calle La Virgen llegamos a la ermita de la Limpia Concepción, hoy sólo conocida como la Ermita San Blas-La Inmaculada, pues destaca sobremanera la Capilla de San Blas, con una cúpula decorada con gran profusión de colorido y pinturas de personajes con instrumentos musicales, una alegoría de la música y el canto, pues San Blas es el santo protector de la garganta.

Localización

Pl. Mayor, 2, 02100 Tarazona de la Mancha (Albacete)