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Fotomontaje con la comida en el Hostal Restaurante Valilongo

Carreteras para perderse: Ruta Ribeira Sacra Ourensana | Comer y dormir

De la sencillez del pueblo a la ostentosidad de los monasterios

Actualizado: 28/01/2020

Fotografía: Sofía Moro

Los pocos kilómetros que recorren esta ruta por la Ribeira Sacra ourensana son, sin embargo, largos en el tiempo por las características de las carreteras. Forma parte de la aventura, –además de una necesidad básica–, comer y dormir, aunque la propuesta sea solo para dos días. Nos movemos entre un restaurante famoso entre los vecinos y un parador digno de reyes y obispos.

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1. Un comedor muy popular

Sin importar si hace frío o calor, en el 'Hostal Restaurante Valilongo', en un lateral de la misma carretera OU-536 dirección Castro Caldelas, puede uno entonar el cuerpo con una buena comida casera. El establecimiento está frecuentado por habitantes de la zona, especialmente trabajadores, que vienen buscando el menú del día que te canta en un momento el propio camarero. Para que te sirvas a voluntad, en la mesa colocan la sopera con el plato caliente del día. Muy recomendables sus postres caseros, especialmente, su variedad de flanes.

Comida en el Hostal Restaurante Valilongo
El 'Restaurante Valilongo' dispone de un variado y amplio menú del día.

2. Una mesa con Soles

Al ser un circuito propuesto para dos días, igual no apetece demorarse mucho en atender al apetito, pero si eres de los que prefieren darle una prioridad absoluta a la gastronomía, en el kilómetro 10 de la OU-536, está la salida para el Pazo de Ramirás, donde se halla el restaurante 'Galileo' (2 Soles). Con el chef Flavio Morganti en los fogones, se puede degustar comida tradicional gallega con ese toque vanguardista que le ha garantizado los reconocimientos. Un buen lugar para probar mariscos y carnes de la tierra.

Parador de Santo Estevo
Las habitaciones más grandes de la primera planta tienen nombres de obispos, como esta: 'Bispo Ansurio'.

3. Un monasterio para desconectar

Para dormir, nuestra recomendación no está motivada simplemente por la necesidad de descansar. El enclave que os proponemos, el Parador de Santo Estevo, está ubicado en un paisaje único, que aparece de repente en un alto de la carretera, magnífico entre el monte que lo arropa cerca del río Sil. Su historia, es un monasterio, ya incita a recorrerlo sin prisas antes de irse a la cama, de claustro en claustro, y de sala en sala. Si se está muy cansado, además dispone de spa. Por esto, y otras muchas razones, suele tener una ocupación bastante alta, es aconsejable reservar.