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Isla Mínima

Isla Mayor, Sevilla

Es primavera y voy a migrar. Vuelo hacia un lugar donde el ambiente húmedo de las aguas se funde con un fresco y puro aire y los colores del paisaje, verdes y amarillos, se combinan para fundirse con las aguas del Guadalquivir. Vuelo hacia el sur de Sevilla, donde comienza el Parque de Doñana y se esconde bajo el mayor arrozal de Europa. Vuelo a Isla Mínima para unirme a las más de 100 especies de aves que nos asentamos allí para pasar el verano. Asentado en una de sus marismas y acompañado por los cangrejos rojos, veo a los pescadores recogiendo sus cañas para disfrutar del atardecer. Un espectáculo en el que los rayos del sol penetran en mi rosado plumaje que, reflejado en el agua dibuja una estampa inolvidable. También puedo ver familias, recorriendo en barca el Guadalquivir y paseando por los bellos senderos donde ciervos, corzos, caballos y toros conviven entre treinta mil hectáreas de arrozales con olor a paella y sabor picante.

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