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Algar

Casas encaladas y naturaleza

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Algar es quizá el pueblo blanco de Cádiz que más ligado está a la naturaleza. Es normal, se encuentra entre los dos parques naturales con mayor valor de la provincia, el de la Sierra de Grazalema y el de Los Alcornocales. Debido a su proximidad, se pueden contemplar excepcionales paisajes de vegetación mediterránea y escarpada roca. A estos valores naturales hay que añadir que Algar está además atravesado por la Cañada de la Sierra y por el río Majaceite. Éste forma el embalse de Guadalcacín II en el que los turistas pueden disfrutar de una playa fluvial donde bañarse y practicar deportes náuticos.

Ya en la parte más blanca, destacan los restos de castillos y fortalezas árabes como la casa de Pedro Lobato o en el centro, la ornamentada Puerta de Alcalá. El trazado de sus calles está basado en el racionalismo neoclásico, es decir, vías rectas y paralelas cercadas por casas bajas en torno a una gran plaza (la de la Constitución). De todas esas calles, destaca la Real por su largo tramo de escaleras entre portales blancos que acaba en un bellísimo jardín con rejas de hierro forjado. Por su parte, la plaza de la Constitución luce una fuente de mosaico azul con una reproducción de una de las carabelas que fueron a América. En dicha plaza, se encuentra además la Iglesia parroquial de Santa María de Guadalupe, destacable por sus formas neoclásicas al igual que el ayuntamiento, la antigua Posada y la plaza de toros. Por su singularidad, hay que hablar igualmente de sus fiestas patronales de Santa María de Guadalupe en las que la procesión de la santa pasa por una alfombra de sal. También, del rally de automovilismo Subida a Algar, una cita para los amantes del motor.

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